Las 216 hectáreas de La laguna de Pitillas forman un oasis de vida silvestre en una zona dominada por los campos de cultivo. Ranas, nutrias, mariposas, visones, galápagos y otras muchas especies conviven en el humedal junto a una numerosa comunidad de aves.

Gracias a su estratégica situación en la ruta migratoria, ansarones, garzas, aguiluchos laguneros y otras aves encuentran refugio y alimento en sus aguas, en el carrizo y en los alrededores. Entre todas ellas destaca la presencia del avetoro y el bigotudo, que anidan en el lugar entre marzo y junio. El bigotudo, un pequeño pajarillo que se esconde entre la vegetación, debe su nombre al curioso bigote negro que lucen los machos.  El avetoro es una pequeña garza que, con su color pardo rojizo, pasa desapercibida entre el carrizal.  

El humedal, sin salida fluvial al mar, es el más extenso de Navarra y uno de los más importantes del Valle del Ebro. En los años sesenta del siglo pasado fue desecado para dedicar las tierras al cultivo, pero a partir de 1976 se volvió a dejar que siguiera su evolución natural.